3.30.2006

GÓMEZ RUFO DEDICA A BERLANGA, "EL SEÑOR DE CHESHIRE", OBRA GALARDONADA CON EL PREMIO DE NOVELA CIUDAD DUCAL DE LOECHES


Madrid.- Antonio Gómez Rufo dedica al cineasta Luis García Berlanga su libro 'El Señor de Cheshire', novela ganadora de la II edición del Premio Ciudad Ducal de Loeches, convocado por Gestesa, el Ayuntamiento de Loeches y Ediciones Irreverentes. La obra transcurre en los primeros años del siglo XX en Inglaterra. Se trata de una trama de enredos en la que se cruzan las pasiones sádicas de un preso, la complicidad de un muchacho, un fabricante de muñecas, un noble aburrido, su esposa, un médico muy servicial, una excitante modelo y un novio sorprendido. El libro, "un divertimento literario", como lo define el autor, se presentará mañana en la Sociedad General de Autores y Editores. Jueves, 30 de marzo, a las 19,30h. (Fuente EP)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La compré nada más publicarse y me he partido de risa. Formidable.

Anónimo dijo...

Estuve ayer en la presentación del libro. Primero, me encantó la perversidad de Berlanga, que sigue tan divertido y con esa retranca de vejete que está de vuelta de todo. Fernando Marías estuvo tan sobrio como es habitual y de Rus sigue siendo el escritor más provocador de este país mortecino. Antonio, como siempre, tan correcto, pero el libro es una bomba. Erótico, perverso, irónico, sarcástico. Como bien dijo Antonio, si se llega a publicar ambientado en la España actual y con un protagonista con titulo nobiliario reconocible, este libro no hubiera podido publicarse, y el autor estaría demandado.
Leí la novela anoche, de un tirón, y es la bomba. Divertida hasta la carcajada, culta a vaces refinada y a aveces perversa. Erótica y excitante. La recomiendo, la recomiendo mucho. Es una joyita. Mejor que toda la basura que se agolpa en las mesas de novedades

Anónimo dijo...

El cuerpo que observas gira noventa grados y puedes ver el perfil de la escultura. Con deliberada intención se balancea hacia el frente permitiendo que veas cómo sus senos quedan suspendidos en el aire mientras sus manos empiezan a deslizar la fina y pequeña pantaleta por entre sus piernas. Algo en medio de las tuyas también empieza a deslizarse en forma ascendente. Las manos de aquella desconocida quedan liberadas al igual que el resto de su piel. A través de la cortina puedes imaginar la suavidad de la misma, puedes ver cómo aquel par de manos femeninas se auto reconoce y recorre con movimientos cada vez más sensuales, quisieras poner tus manos sobre las de ella, tocar sus senos, hacerlos reaccionar, posar tu boca sobre los hombros de igual manera que otras manos se posan en este momento sobre los tuyos...
¡A mí también me gustan las mujers imaginarias!
D.Tourné.